Título: Chichones
y chocolates
Autor: Chema Gómez de Lora
Ilustrador: Pablo Nuñez
Editorial: SM (Barco de vapor)
Fecha 1ªedición: 2003
Autor: Chema Gómez de Lora
Ilustrador: Pablo Nuñez
Editorial: SM (Barco de vapor)
Fecha 1ªedición: 2003
Edad en la que me baso para realizar este
análisis: Primeros lectores (6-7 años)
La semana pasada estuve en una charla sobre
motivación en el aprendizaje. Para mí es fundamental encontrar
recursos/ideas/experiencias (nunca recetarios) sobre cómo motivar el
aprendizaje del alumnado. El discurso/taller fue dirigido por Chema Gómez de
Lora, que dividió la sesión en dos partes: un discurso/taller de
aproximadamente 45 minutos; y, a partir de ahí el debate.
El espacio estaba lleno de docentes de todos
los niveles de la educación formal e incluso no formal. Había profesorado de
Universidad, diseñadores gráficos que estaban emprendiendo una escuela-taller
de diseño, una profesora de extraescolares de inglés, profesoras de primaria e
infantil, estudiantes de comunicación, una alumna de 6º de EP, un emprendedor
social, … y yo.
Chema Gómez de Lora consiguió que toda la audiencia
heterogénea que nos encontrábamos en la sala por la noche, tras una jornada
laboral, estuviéramos entusiasmados con sus historias, sus experiencias y su
manera de entender el aprendizaje y de cómo el docente debe de acompañar ese
proceso.
Durante la sesión nos comentó su faceta como
escritor infantil y nos enseñó algunos de los libros que ha escrito. A partir
de ahí, todas las alarmas se me encendieron y entendí que debía de hacer un análisis sobre uno de sus
libros. Así
que, al finalizar el encuentro, me acerqué y le pedí prestado Chichones y
Chocolates.
Durante el fin de semana he estado leyendo algunos
de sus libros e información que él mismo me proporcionó, pero no ha sido a esta
esta mañana cuando he podido disfrutar de un café en su compañía y así conocer
mejor sus intereses y su manera de pensar y de escribir.
Durante esa conversación he podido investigar
qué le inspiró para escribir, entre otros datos interesantes. Chema Gómez de Lora
empezó a sentirse atraído “por
la admiración que tengo hacia mi hija. Escribí el primer libro en su honor
cuando ella tenía cuatro años”. Su primer libro se titula “Los polos del
Polo Norte”, que aparece referenciado en “Chicones y chocolate”. Al mismo
tiempo que escribía literatura infantil, enseñaba en los cursos de Bachillerato
y en la Universidad literatura y filosofía.
“Chichones y
Chocolate”
aparece un año más tarde en 2003 y, según sus propias palabras, “lo escribí por inspiración de una idea de
mi hermano Luis que se comía las penas de los hijos y los sobrinos cuando se
caía y se hacían heridas”.
El formato
que elige el autor está totalmente adaptado a los y las menores. La portada es
sobria y no nos dice mucho de lo que nos encontraremos tras ella. Pero una vez
que te sumerges en el libro encuentras que cada una de las páginas es de un
color “para destacar el mensaje surreal del libro”. Los colores que
utilizan son vivos e invitan a jugar y disfrutar; con lo que creo que es
acertado para los primeros lectores para así motivar e incentivar su amor a la
literatura.
Por otro lado, la letra no es extremadamente
grande, pero sí es muy simple y clara con lo que ayuda a entender las frases
acompañadas de ilustraciones sencillas por parte de Pablo Núñez. En algunas
páginas, se mezclan estilos tipográficos que hacen que el libro cambie de ritmo
y sea más atractivo, divertido y artístico.
El libro trata los complejos físicos, de una manera surrealista y mágica. El libro
expone como el protagonista Migueluso Limón se siente dañado ante los chistes
sobre gordos que sus compañeros y compañeras de clase hacen en el aula. A
medida que la historia avanza, conocemos a Juan Limón (padre de Migueluso), que
es una persona gorda, sin complejos y con un carácter afable y confiado.
Migueluso y su padre se van a un parque a
merendar, donde se encuentra con sus amigos y amigas de clase y éstos se ríen
de la apariencia de su padre, lo que entristece a Migueluso. Juan Limón se le
ocurre entonces hacer una merienda especial: comerse las lágrimas y las penas
que acompañan a los niños y las niñas del parque. Así pues, quienes lloran por
caídas o penas acompañan al padre e hijo a la merienda y se comen sus propias
penas en compañía. Juan Limón ayuda a comerse las penas más amargas:
“-Es un dolor terrible-contestó Dulce
-Entonces me las como yo porque las grandes tristezas están muy
amargas, y a mí me gustan de todos los sabores” (Gómez de Lora, 2003)
Pero también les ayuda a comerse las propias “Es tu dolor, mejor que te lo comas tú” (Gómez
de Lora, 2003).
Al día siguiente y como final del libro,
Migueluso habla cuenta un chiste de gordos: era un hombre tan gordo que se
podía comer todas las penas de los niños de un parque. A partir de este chiste,
el resto de sus compañeros y compañeras aplauden y vitorean a la familia Limón.
La estructura y la secuencia de tiempo son sencillas. El libro sigue el esquema: introducción,
nudo y desenlace; y se desarrolla en dos días, es decir, en una secuencia de
tiempo simple y corta que hace que la asimilación de la narrativa sea simple.
Esto ayuda a que los lectores puedan entender la historia sin demasiados
problemas.
Migueluso Limón es el protagonista de la historia. Es interesante porque es un niño de
la edad de los lectores a los que va dirigido el libro y adopta sentimientos
complejos con los que se pueden identificar los niños y las niñas. Por un lado,
quiere la aceptación de su grupo, pero por el otro se siente humillado por el
hecho de que sus amigos y amigas se rían de su padre. Es interesante también el
papel de Juan Limón y la manera que
utiliza para resolver el conflicto de intereses de su hijo y al mismo tiempo,
ayudar al resto de niños y niñas a atravesar por sus penas, sus dolores, desde
la empatía y el amor.
Además, es interesante la evolución del resto
de personajes y como de la mofa pasan a la admiración de Juan Limón. Este
cambio de actitud en los personajes posibilita al lector desprenderse de sus
propios complejos y también reflexionar sobre los posibles complejos de su
entorno.
Para
poder entender porque Gómez de Lora escribe este libro es necesario conocer su
biografía más íntima que hace de este libro una pieza especial “yo
creo que es un homenaje a los gordos que parte de una situación triste y muy
dura... Es un homenaje a mi gordura y a mi hija que sufría porque me llamaran
gordo... mi hija era un poco Migueluso Limón...”
También,
cabe destacar del libro los nombres que elige el autor para sus personajes:
María Galleta, Palomita Maíz, Don Frutos Secos, Dulce de Membrillo, Luis
Salchichón y como no el protagonista Migueluso Limón. Éste último hace un guiño
a la historia familiar del autor: “Migueluso
es como llamábamos a mi sobrino Miguel de pequeño”. Estos nombres juegan
con el lector que se imagina un mundo mágico a través de los nombres para así
introducirse en la literatura de una manera imaginativa, creativa y poética,
jugando con los nombres de las personas y los alimentos que a Juan Limón tanto
le gusta comer.
El
libro me ha encantado y me invita a utilizarlo cuando sea maestra de primaria.
Creo que es un buen libro para trabajar en los primeros cursos de esta etapa,
la autoconfianza y la resolución de conflictos. Todas las personas podemos
tener complejos y sentirnos identificados con Migueluso, y es fundamental que el
alumnado aprenda, por un lado a quererse y respetarse y por el otro lado, que
esto mismo lo hagan con sus iguales.
A
partir de la lectura de este libro, cada uno de los alumnos y alumnas, podrían
trabajar un complejo, primero de manera individual, luego en pequeños grupos y
después trabajar en grupo aula. De esta manera, podrían crear, algún sistema
como el de Juan Limón para comerse las penas de una manera saludable y
comunitaria.
La
historia me parece que está contada desde el cariño y el sentido del humor y
esto traspasa las páginas tan coloridas del libro.
Aprovecho
desde este blog para agradecer a
Chema Gómez de Lora que me haya prestado este y otros libros, así como la conversación tan
agradable que hemos mantenido, de la cual he aprendido y sigo aprendiendo
muchísimo.
Hola Bea
ResponderEliminarMe parece un buen trabajo, aunque quizá te haya faltado alguna fuente fiable o bibliografía/webgrafía para contrastar por qué lo consideras apto para esa edad.
El haber coincidido con el autor Chema Gómez de Lora me parece fantástico y el poder haber tenido una conversación con él también puesto que te ha podido hablar o relatar aspectos tan importantes como que el tema que trata es una autobiografía, que quizá no hubieras podido saber simplemente por el hecho de leer el libro.
Has cometido algún error al escribir pero no son faltas ortográficas, al menos yo no he visto ninguna, son errores posiblemente de escribir rápido. Por ejemplo, en el 5º párrafo, en la 2ª línea: “pero no ha sido a esta esta mañana” supongo que querrías poner hasta esta mañana. En el siguiente párrafo también te has comido una h de “Chichones”. Y en el 7º párrafo contando desde el final, un párrafo grande que hay después de la imagen de una página, en la 11ª línea: “confianza en el lector para aprender la a vivir en igualdad”. Creo no haber visto ningún error más, por lo demás vuelvo a reiterar que creo que es un gran trabajo.
Un saludo
Estoy completamente de acuerdo contigo, Alberto. Has hecho un buen comentario y has dado buenas ideas a Bea.
ResponderEliminarTienes un estilo arrollador, Bea, y me encantan esos remarcados con letras de mayor tamaño :)
ResponderEliminarTu análisis, desde el punto de vista emocional es extraordinario. Para que esté perfecto, te ha faltado, como te comenta Alberto, relacionar cada aspecto del contenido (en el formato sí lo has hecho) con la edad para la que lo destinas y utilizar alguna fuente fiable sobre psicología evolutiva para avalarte.
Me refiero a que, después de hablar, por ejemplo, del tema de los complejos físicos, constates a qué edad surgen y cuándo se vuelven problemáticos, para ver si los niños de 6-7 años ya se preocupan de forma natural por esos temas en relación con ellos o con las personas a las que quieren y si van a sentirse identificados con Migueluso.
Esta misma argumentación debes hacerla en cada aspecto del contenido, sobre todo en los temas, los personajes y los valores.
Ten en cuenta también que no debes convertir un texto literario en paraliterario. Es decir, que no debes buscar una función práctica a la literatura. Por mucho que me guste tu actividad para trabajar los complejos, es importante que sepamos usar la literatura en sí misma, en su propia esencia y permitir que los receptores, por pequeños que sean, interpreten el texto desde su realidad y no les impongamos nuestra interpretación y mucho menos las enseñanzas que nosotros encontramos en él. La literatura no busca los aprendizajes prácticos que busca la paraliteratura y por ello no debemos utilizarla para conseguirlos. Me parece bien que, a raíz de una lectura y después de dialogar sobre ella respetando las interpretaciones de la clase, añadamos una tarea funcional, pero siempre ha de ser un añadido de valor posterior al trabajo literario propiamente dicho. Y siempre debe nacer de las interpretaciones de los niños y no de la del maestro.
Si revisas y completas lo que te comento, tu análisis estará perfecto.